Es el título de una de mis canciones favoritas.
Pasaron casi doce años de aquella experiencia y puedo decir que fue un punto de inflexión, un antes y un después, que cambiaría el resto de mi vida para siempre.
Tan es así, que, hoy me encuentro escribiendo este Blog desde Senegal, África.
Lo más sorprendente de esto es que, todo comenzó con un proyecto de viajar a Ceará – Fortaleza- Brasil, país, cuyas costumbres, gente, paisajes me fascinan desde chica.
España no estaba en mis planes, mucho menos Senegal!
Mejor continuemos con la historia…
Lo que capitalizo de aquellos años en Torrevieja, España fue que cada día era como una página en blanco. Frecuentemente leía, veía videos o escuchaba audios, que hacían referencia al AQUÍ Y AHORA, sin embargo no lo había vivenciado tan intensamente hasta ese momento.
Me levantaba sin saber lo que iba a ocurrir, simplemente me dejaba llevar. Esa fue la única vez en estos 45 años que pude experimentar, el significado de que cada día es un “NUEVO COMIENZO”.
Lo que siguió a continuación se fue tejiendo poco a poco pero con una sincronicidad increíble.
Participé de una asociación para inmigrantes realizando diferentes actividades (ASILA), conocí a Lola Morales y su estudio de Danzas, donde asistí a sus talleres de Biodanza, al cabo de unos meses yo estaba facilitando un grupo.
Por aquel entonces, estaba cursando los últimos meses de embarazo de nuestra primera hija, así que, también impartí talleres al grupo de preparto.
En cuanto a mi relación con Bamba, aunque nuestras diferencias culturales nos siguen dando dolores de cabeza, entendimos el valor de la comunicación y la tolerancia.
Seguir eligiéndonos día a día es lo que nos da fuerzas.
Si miro hacia atrás puedo ver lo mucho que hemos aprendido y lo que aún queda por recorrer.
En 2012, nos casamos y un año más tarde nació Khadi, hoy ya tiene 7 años.
Por cuestiones de visado y para no estar en situación irregular decidimos irnos de España, él viajó a Senegal, había estado fuera por 15 años sin poder ver a su familia.
Yo viajé con nuestra bebé rumbo a Argentina.
Nuestro plan, era reencontrarnos para el primer año de Khadi.
Pero como raramente se cumple lo planeado, fue recién que dos años después pudimos volver a vernos en Córdoba-Argentina.
Al carecer hasta el día de hoy representación diplomática entre ambos países, todo se dificulta.
Fueron años muy duros, ya no encajaba del todo, no me sentía ni de un lado ni del otro, sumado a la tristeza de estar lejos de mi compañero de vida.
Estuve a punto de acudir a los medios de comunicación y fue entonces que en el –último momento, me respondió personalmente via mail, el Cónsul de la embajada argentina de Nigeria (es la concurrente).
Presentamos toda la documentación y por fin en diciembre de 2015, Bamba aterrizó en Argentina.
Por eso cuando escucho decir que cualquiera entra en nuestro país, me doy cuenta de que muchas personas no tienen ni idea de lo que están diciendo.
Nuestras políticas migratorias son duras, no existe como en Europa la figura del arraigo social.
Esto significa que al ingresar por los pasos fronterizos sin sello en el pasaporte, es casi imposible obtener una residencia legal.
Los Senegaleses, como muchos inmigrantes creen, como es lógico de pensar, que si contás con residencia brasilera, podés entrar a nuestro país sin inconveniente, pero no hay libre circulación entre los países del Mercosur, y se necesita visado para ingresar.
Es un tema que me tocó vivir de cerca en lo personal y en lo laboral, como medidora intercultural.
Volviendo a la historia, todavía recuerdo la cara de Khadi, que estaba acostumbrada a ver a su papá a través de la cámara del móvil.
El reencuentro tan esperado dio sus frutos y nueve meses más tarde nación Ibrahima, mi hombrecito que hoy tiene cuatro años.
prometimos nunca más separamos, por eso hoy estamos todos en su tierra, o mejor dicho, nuestra tierra.
Esta es una breve síntesis para poder adentrarme de lleno en “MI VIDA EN ÁFRICA”.
Próximamente,,,