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  • jibrilamohaded

“ UN GIRO INESPERADO”

Actualizado: 11 ene 2021





Quiero darles la bienvenida e invitarlos a transitar este Blog.

“Yo soy Silvia Gabriela Mohaded, nací en Argentina, aunque mis orígenes son sirios. Soy abogada, mediadora civil, familiar e intercultural y facilitadora de Biodanza. Esta hermosa mezcla es la que me ha llevado y lleva a vivir experiencias extraordinarias, que les quiero compartir.

Hace poco más de un año que estoy viviendo en el continente africano, más precisamente en Senegal, junto a mi esposo y mis dos hijos. Él es de aquí, nos conocimos en España, pero es necesario retroceder en el tiempo y volver al inicio…


Y ESTA AVENTURA COMIENZA …


Once años atrás, decidí que era necesario dar un giro de 180º, tomé mis ahorros, y viajé a España para que, con la excusa de hacer un posgrado en Mediación Familiar, pudiera tener la posibilidad de residir sin problemas, por un año con visado de estudio.

Todavía recuerdo ese momento único e irrepetible, que experimenté al atravesar la puerta de embarque, fue una sensación única, fue como ingresar en un túnel y ver la imagen de mi familia que se iba haciendo cada vez más pequeña y achicándose, después de darme vuelta por última vez para despedirme y mirar hacia adelante sentí un empoderamiento, una fuerza y me dije: “¡¡¡VAMOS GABI TODAVÍA!!!, VOS PODES”, al recordarlo se me pone la piel de gallina. Cerrar, soltar para poder saltar y volver a abrir.

Un pensamiento se venía a mi cabeza ¿Cómo puede ser que toda mi vida quepa en una valija de 23 kilos?

Con el tiempo me di cuenta de que todo lo imprescindible lo llevaba puesto, vivenciado, capitalizado, eran mis herramientas para la vida diaria y lo demás podía estar como no.

Aterrice en Barajas el 24 de noviembre de 2009.



A la semana fui con una amiga y su familia a Granada a conocer la Alhambra, para mí era como un sueño, ya que desde la primera vez que la vi en fotos, a los trece años quise estar ahí y fue una experiencia increíble ahí pude comprender a fondo lo que significa la palabra VIVENCIA porque evoqué el pasado el presente, sentía los olores el galope de los caballos, la sangre árabe corriendo por mis venas, perdí la noción del tiempo y el espacio me vi danzando en las arenas del desierto, bajo el cielo estrellado, como habrá sido mi estado que el guardia me vio y me dijo: “ven que te voy a mostrar la parte original, los azulejos que no han sido restaurados”.


Luego de pasar los dos primeros meses en un pueblo del centro de España y tocarme el invierno más frío en los últimos treinta años, lo cual significó tener que quedarme encerrada en la casa por casi cincuenta días, nos mudamos a una ciudad de la costa del mediterráneo llamada Torrevieja, donde vi el sol por primera vez después de tantos días de lluvia.

Más de la mitad de la población éramos inmigrantes, era como un mapamundi en miniatura.

Llevaba pocos días en la ciudad y estando en la playa, uno de los hijos de mi amiga se acercó a jugar con un nene lo seguí y me puse a conversar con el papá ya que la mamá no hablaba español. Era una mujer con velo y le pregunté a Mustafá podía hacerle una consulta y me dijo que si por supuesto, lo que quería saber era el significado del velo y si el la obligaba a usarla o era elección de ella. El me respondió que en el Islam el cabello de la mujer es sagrado y al igual que en todas las religiones como lo era antes en el cristianismo, las mujeres debían cubrirse la cabeza, por señal de respeto y por protección, era su elección.

Se estaban abriendo las puertas a un nuevo mundo, aunque no del todo tan desconocido para mí, ya que como comenté al principio todos mis orígenes son sirios, sin embargo tuve que romper con un argumento de vida con el que crecí y era que: mis antepasados vinieron de Siria perseguidos por los musulmanes ya que si se quedaba ahí los iban a matar. Esto era una verdad que se aceptaba así sin más y se nos transmitió de generación en generación.

Sin embargo en la biblioteca de mi habitación desde los dieciocho años, tenía junto a la Biblia el Corán…


“CAMBIANDO LA PIEL”


Fue recién ahí, dos meses después de llegar a España que me di cuenta de que estaba lejos, muy lejos, sin mi familia, sin mis amigos sin mi mundo conocido, olores, colores, sonidos, gente, sabores, perdí todas las referencias, mi cerebro trataba de encontrar algo conocido, pero no había caso, era como si me hubieran arrancado la piel, estaba en carne viva, me sentía desprotegida, sola y con una sensación de abandono.

Los primeros meses en Torrevieja me parecieron una eternidad, lloré durante dos meses seguidos, me levantaba con un nudo en el estómago, sin embargo sabía que esto iba a pasar pero no tenía idea de cuánto iba a durar ese estado. Años más tarde comprendí que se trataba de un proceso de estrés aculturativo, lo cual supone, una alerta “sana” frente al cambio que está teniendo lugar.

El estrés viene como consecuencia del desequilibro entre las demandas del contexto y las capacidades de respuesta de la persona.

Así pues, mientras mayor sea el cambio para la persona mayor será la vivencia de desajuste o de desequilibrio porque mayores serán las necesidades de generar nuevas estrategias y en consecuencia más altas las probabilidades de estrés y ansiedad. Todo ello se ve modulado por los factores individuales y por el contexto en el cual se encuentre la persona.

Este cambio lleva también a experimentar una sensación de pérdida y duelos múltiples que la persona necesitará elaborar para garantizar unas condiciones de salud y bienestar psicosocial.

Recuerdo un día que me levanté con la determinación de encontrar algo, alguien, una punta del ovillo y llegué a una psicóloga, que al ser cubana y pasar por lo mismo me entendió y me dijo que lo que estaba pasando era normal, lo que ocurre en estos casos es que, hay una persona que experimenta una situación, emigración-inmigración, y que marca de un modo indiscutible un punto de inflexión en su vida, donde nada podrá volver a ser como había sido hasta ese momento.

Esa misma tarde conocí a Jaki una amiga uruguaya y comencé de a poco a construir una nueva red afectiva que tanto necesitaba.

“LA BELLEZA DE LA TRAMA:”

Por tal motivo fue necesario tejer una trama nueva, lo increíble era la “sincronicidad” con que se daban los hechos, un acontecimiento fue llevando a otro, en una armonía que me sorprende, mi percepción estaba ampliada al máximo para poder estar atenta y captar toda la información que recibía a través de los sentidos.

Empecé a fluir con lo que acontecía.

Llegué a ASILA, la Asociación de Inmigración más grande de Torrevieja, en aquel entonces contaba con más de cuatro mil socios, con la intención de:

Conocer los códigos culturales, tanto de la sociedad de acogida como de los colectivos de inmigrantes mayoritarios en la zona.

Brindar cursos de idioma para extranjeros, dando clases de español para alumnos de diferentes nacionalidades donde cada encuentro era una oportunidad para intercambiar cultura.

Formar parte del departamento de extranjería para dar apoyo y asesoramiento y poder receptar las inquietudes de las personas.

Acompañar a personas que no hablan el idioma a los juzgados, centros de salud y facilitarles el acceso a los servicios.

Facilitar talleres de intercambio cultural, formación de un grupo de danza y percusión africana llamado “TERRANGA GROPUP”, cuya labor trascendió los límites de Torrevieja

Entrar en contacto con otras asociaciones y realizar actividades en conjunto.

En una segunda etapa los objetivos fueron:

Dar a conocer a nivel de la Concejalía las actividades que se llevan a cabo en la asociación y que se vinculan con el servicio de Mediación, contactar con la agencia AMICS, con la Concejalía de Extranjería y todas aquellas personas influyentes (físicas y/o jurídicas) que puedan colaborar con la puesta en marcha de este proyecto.

En esta fase el grupo de danza y percusión africana fue el puente. El alcalde concedió el permiso para que este grupo de senegaleses pudiera dar clases en el Centro Cultural Virgen del Carmen. Fue la puerta de entrada

"DESCUBRIENDO AFRICA"

Todo este trabajo lo hice de la mano de quien hoy es mi esposo y compañero de vida Bamba, nos conocimos en la Asociación trabajando juntos.

Por aquel entonces estaba terminando mi formación en Mediación Intercultural, posgrado que cursé en la Escuela de Negocios de la Facultad de Derecho de la Universidad de Alicante, y él era un mediador intercultural natural, era el referente de su comunidad en el pueblo. El es senegalés, de su mano conocí y sigo conociendo una cultura totalmente diferente en algunos aspectos pero que me resultaba tan conocida en otros.

Me sentía en familia, escucharlos rezar en árabe, las túnicas, las alfombras, el té verde con menta, todo era una GRAN VIVENCIA.

Por supuesto tuve que romper con un montón de mandatos, el más fuerte: Bamba es musulmán. Yo pasé a ser la traidora en mi familia de origen, mi papá llegó a decirme que si mi abuelo se levantaba de su tumba se volvería a morir. Sin embargo aquel argumento de vida de que son todos unos terroristas, machistas, no coincidía con lo que estaba experimentando al estar inserta en la comunidad senegalesa.

Tuve que escuchar atentamente mi cuerpo para que l


a cabeza no cortara, ni frenara lo que estaba ocurriendo. Decidí seguir adelante si de algo estaba segura era que no me iba a quedar con la duda de por vida de “lo que hubiera pasado si” y gracias a Dios no me arrepiento.

Una de las cosas que más me cuesta y tiene que ver con la diferencia cultural, es que, notaba que al hablar no me miraban a los ojos,


situación que me incomodaba y al día de hoy me incomoda muchísimo, me preguntaba ¿cómo puede ser que les pasa no me registran?

Al hablarlo con mi esposo, me miró con cara de asombro y después me dijo, es que nosotros no miramos a los ojos por señal de respeto, y yo le expliqué que nosotros si lo hacemos y es por una cuestión de respeto.

Y ESTA HISTORIA CONTINUARA...


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